sábado, 13 de abril de 2013

Nereida

Hazme soñar despierta, cuéntame esas historias, leyendas griegas de cuando Poseidón elevo hasta las estrellas a Casiopea. Háblame de la vanidad de Andrómeda que la aprisionó a un acantilado en el mar Egeo. 
Narra para mi la inagotable fe que tuvo Ariadna quien paciente aún espera que su ovillo le devuelva al valiente Teseo. Dime que color tienen los ojos tristes de un Minotauro abandonado. Cuéntame también de la fortuna que salió de la caja de Pandora. Mientras tanto yo te contaré de la grata compañía que el mar le ofrecía a Medusa,del injusto sortilegio de convertir su corazón en piedra, para que así sepas entender el porque de mi desconfianza con el mundo. Cuando cuestiones mi íncredulidad en el amor te hablaré de Orfeo y sus canciones tan tristes que hacían llorar a los Dioses, te contaré su travesía por el inframundo en busca de Eurídice, de la incertidumbre que hace desaparecer a su amada. Espero con ansías que tu me cuentes de aquél mundo al que Prometeo condenó, cuando le entregó a sus habitantes el fuego. Sabrás entonces que más importante que la fuerza física de Hércules esta la bondad de su carácter, que como en las historias de Shakespeare, Teseo encontró el camino de regreso a  Ariadna. El minotauro murió porque hay una dignidad que el vencedor nunca conocerá,y que sólo conocerá el vencido

Despúes de esto, espero que sepas que no poseo nada más que el soplo de la vida, la astucia de Atenea. Me llaman Nereida y también tengo leyenda.

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