domingo, 17 de mayo de 2015

Extrañar a alguien

Es como sentir constantemente que falta algo que, al mismo, tiempo ya no pertenece a este lugar.
Extrañar a alguien no es pensar en ellos todos los días ni en cada segundo que tienes libre. Es algo más sutil, más callado, menos explosivo de lo que la gente cree. Extrañar a alguien significa caminar y algunas veces no darte cuenta que en tus pasos llevas el peso de la pérdida. Extrañar a alguien significa creer que estás bien cuando no lo estás y muchas veces sentir un pánico asfixiante cuando te das cuenta que ya no te acuerdas de cómo sonaba su voz ni tampoco la cara que ponían cuando comían su comida favorita.
Extrañar a alguien es un poco como tener amnesia, como haber pasado por un cirugía que supuestamente debía reconstruir y mejorar una parte importante de ti pero no recordarlo. Es como sentir constantemente que falta algo que, al mismo tiempo, ya no pertenece a este lugar. Extrañar a alguien significa que habrá días en los que no podrás levantarte, ni vestirte, ni funcionar como un ser humano decente. Significa que habrá ciertas cosas que te recordarán de forma tan poderosa a un ser humano que prácticamente no existe que no podrás contener la urgencia de querer salir corriendo.
Extrañar a alguien es un testamento, es una marca de que alguna vez hubo algo más que sólo un espacio vacío, sillas que sobran y días llenos de angustia. A través de la pérdida construimos vidas paralelas y vivimos con identidades secretas. Alguna vez fuiste otra persona y en el fondo de tu corazón sigues viviendo en ese mundo imaginario (que sólo visitas en sueños) donde todo está bien.
Extrañar a alguien es darte cuenta que han pasado los años y que sigues aquí y que has cambiado. Es pensar que esa persona nunca podrá conocer la versión editada y mejorada de ti misma. Es saber que incluso si volvieran a tu vida ya nada sería como antes.
Una vez leí que le toma 7 años al cuerpo humano renovar sus células completamente, de la cabeza a los pies. En 7 años te conviertes en otra persona, en un ser completamente nuevo, en alguien que camina con otros pasos y que mira la vida desde otros ojos. Extrañarte significó desear todos los días, durante 7 años, que volvieses a mí. Hoy ya es demasiado tarde y puede que pasen muchas vidas antes de que volvamos a mirarnos a los ojos.
Si alguna vez lees esto, sé que lograrás reconocerte entre mis letras. Nunca hubo nadie más a quien quisiera y admirara como tú y espero que, donde sea que te encuentres, lo comprendas. Espero que tomes estas palabras y las guardes en el bolsillo de tu camisa, el que estaba sobre tu corazón, ese donde guardabas sólo las cosas importantes y el mismo que vaciaste completamente antes de salir de mi vida.
Si aún me recuerdas, quiero que sepas que en esencia sigo siendo la misma chica que se escondía tras sus libros y sus letras. Muchas veces he pretendido olvidarte pero no lo he hecho y tu figura ha seguido apareciendo en mis ficciones. Mi mesa sigue teniendo una silla extra en caso de que tus cansados pies decidan visitarme una última vez.
Así es como se siente extrañar a alguien.